sábado, 8 de noviembre de 2008

Santa Cecilia

Tras un gran paron devido al trabajo, vuelvo con Santa Cecilia, nuestra Patrona:

Es un poco incierto el motivo por el que Cecilia terminó siendo la patrona de la
música. La música siempre tuvo un papel contradictorio en la interpretación de la leyenda de Cecilia. Como Cecilia rechazó los instrumentos para cantar a su Señor, se puede entender que para ella la música era algo que había que rechazar para abrazar la virtud (la cual era comprendida de una manera religiosa). En cambio desde fines del siglo XVI, Cecilia se empezó a pintar sin halo, se muestra cada vez más como una artista, menos frecuentemente sentada al órgano, y casi siempre ejecutando instrumentos mundanos.
Este cambio de normas significaría que la práctica musical en sí misma se estaba convirtiendo en la quintaesencia de la
virtud, y teniendo como meta el virtuosismo. Algunas pinturas, como las de Artemisia Gentileschi y Bernardo Strozzi, muestran la conexión entre la ejecución virtuosa, la imagen cada vez más fuerte del artista, y una cultura que en el curso del siglo XVI se vuelve cada vez más extravertida.

No ‘órgano’ sino ‘instrumentos de tortura’
En realidad los códices más antiguos no dicen canéntibus órganis (canéntibus como sinónimo de cantántibus), sino candéntibus órganis, Caecilia virgo.... Los «órganos» no serían ‘instrumentos musicales’, sino ‘instrumentos de tortura’, y la
antífona describiría que Cecilia, ‘entre las herramientas candentes, cantaba a su único Señor en su corazón’. La antífona no se referiría al banquete nupcial, sino más bien al momento del martirio.
Aún hoy, se cree que el padrinazgo de la música le fue otorgado a santa Cecilia por haber demostrado una «atracción irresistible hacia los acordes melodiosos de los instrumentos: su espíritu sensible y apasionado por este arte convirtió así su nombre en símbolo de la música».

Las representaciones más antiguas de Cecilia la muestran en la actitud usual de los mártires en el arte cristiano de los primeros siglos: o con la corona del martirio en su mano o en actitud de oración. En el
ábside de su iglesia en el Trastévere todavía se conserva el mosaico hecho debajo de la imagen del papa Pascual, en el que se la representa con ricos vestidos como protectora del papa.
Los cuadros medievales de la santa son muy frecuentes; desde los
siglos XIV y XV se le asigna como atributo un órgano, o se la representa sentada tocando el órgano, evidentemente para expresar lo que se le atribuyó erróneamente a menudo en los panegíricos y poemas basado en una mala traducción de las Actas de Santa Cecilia: Cantátibus órganis [...] illa decantábat. Posiblemente el cantántibus órganis fue interpretado erróneamente como si la propia Cecilia hubiera sido la organista. De este modo se generó el mito de que la santa estaba estrechamente relacionada con la música.

Otros patronos de la música
En otros momentos de la historia, la música se relacionaba con el rey David (que tocaba una especie de
cítara). También san Jerónimo de Estridón, san Antonio de Padua y san Francisco de Asís se representaban en un contexto musical.
Existen cuadros de la
Edad Media en que María Magdalena aparece bailando sola al son de instrumentos profanos. En la iglesia dedicada a María Magdalena, en la aldea de Cusiano, en el norte de Italia, su vida es representada en una serie de frescos atribuidos a Giovanni y Battista Baschenis (1475-1495), dos artistas bastante desconocidos que provenían de una familia de pintores de donde surgiría el conocido pintor Evaristo Baschenis (1617-1677).
En uno de los episodios, inspirados en la
Legenda áurea, se ve un trompetista anunciando la llegada de la Magdalena a Marsella (puerto de la actual Francia) embarazada, en compañía de Marta, María y Lázaro de Betania (que por un error de interpretación de los Evangelios, en esa época se consideraban sus hermanos). En los últimos dos frescos, tres ángeles ejecutan un concierto mientras otros ángeles portan su alma al cielo

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